sábado, 8 de octubre de 2011

El dolor si lo intenta en serio puede dejarte sin piel. Puede arrancarte los huesos. El dolor se desliza, reciclado en fluido, a través de la garganta. Como melaza. Las sienes amenazan con estallar porque de algún modo olvidaste respirar.

El dolor, si se empeña te ensordece. Te laten los oídos por la afluencia de sangre desordenada. El dolor, a veces, se vuelve silencio y te deja descansar.

Si piensas en ello el tiempo suficiente, el dolor, como cualquier otra cosa, eres tú.

Y no hay nada de malo en ello.

2 comentarios:

  1. Me gusta como escribes, se nota que tienes talento para esto.
    Yo lo tengo para otras cosas; principalmente para tocar los cojones.
    Leo tu entrada, cambio la palabra dolor por amor, y me suena más bonito.

    ResponderEliminar
  2. Hola! soy Karma...por el apodo supongo y espero que me hayas reconocido, jejejejejeje. He entrado y he leído (de momento) sólo esta poesía, la del dolor...y me ha encantado!! tal como me dijiste narrativa poética. La poesía pura tiene tendencia a distraer el fondo con la forma..pero así no, se comprende perfectamente y es un tema (el dolor) común a todo ser humano....creo que anarquista tiene razón: tienes talento para esto..creételo! Ci vediamo!

    ResponderEliminar