En algún lugar de mi conciencia, atesoro tan sólo el espacio equivalente a un vagón en una locomotora sin raíles.
Un paso a nivel me descoordina los vaivenes y evita con esmero que me agite demasiado.
Y discurre este vagón entre penumbras y carece la estructura de butacas.
Se desliza quedo y mudo por las vías
y estas vías se derraman por mis sienes.
Me atraviesan eficaces, abriéndome hendiduras.
Me descosen los nervios y yo mientras...
la observo proceder de un modo manso.
"Ya no compré el billete" (por si acaso)
Todavía...
necesito gritar de vez en cuando...
Casi...
querría vivir, si no es molestia...
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"Son tiempos difíciles para los soñadores..."
ResponderEliminar(Amélie)
Saludos...