martes, 11 de mayo de 2010

HAMBRE Y MORAL

Tyler Durden ("El club de la lucha" , fruto de la prosa febril y desquiciada de Palahniuk versioned by David Fincher) propone aniquilar la civilización manipuladora y consumista que "disfrutamos" a base de jabón-lo cual ya resulta original por lo limpio-100% natural elaborado a base de liposucciones, lo cual me estimula a jugar con la idea (vale, también con el jabón) de la cantidad ingente de munición almacenada en las clínicas de estética de que disponemos por no hablar del arsenal de fabricación propia con el que nos desplazamos (diosss, cartucheras).

La ocurrencia que me asalta a raíz de este exquisito desvarío es la posibilidad siempre apetecible de hacer borrón y cuenta nueva a costa de la grasa (que no de la sangre) propia y ajena, lo cuál dota de un matiz irreverente que, lo confieso, me chifla a una revolución que se resiste lo suyo.

Y puestos a ahondar en hipótesis varias..¿cuántos Homer Simpson harían falta para terminar con digamos.. una oficina del catastro? ¿es el caos tan desaconsejable? ¿podemos pasar el rato que nos dejan de préstamo en este lodazal planetario escupiéndonos encima y más aún en los demás?¿cuántos días correlativos se puede hablar de fútbol sin que se te vuelva esférica la cabeza? ¿cuántos chistes predecibles puedo ahorrarme si me inserto un interruptor en plena masa encefálica? ¿fué algún dios o demonio quién inspiró a los fabricantes de electrodomésticos la Thermomix?

Resumiendo, se me ocurre que ya que todos disfrutamos de armamento de fabricación casera, dinamitar empieza por uno mismo.

De momento, guardo la katana debajo de la cama, esta noche espero fantasmas a cenar y el de las navidades futuras no es ni de lejos el que más me asusta.

4 comentarios:

  1. A mí es que los chistes facilones me salen sin querer queriendo, es que no se me pue sacar a la calle, jijiji. Ya ves que ya estas fichá en el blog general y en el mio propio, no ties escapatoria. El último párrafo de la Katana me ha recordao un libro que me dejó Deivid que me encantó, sobre todo porque estaba basada en un videojuego de aventuras gráficas que venero: Discworld, díle de mis partes que te lo empreste, te vas a partir la caja torácica, jijiji. Nos vemos el miércoles.
    Ra

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  2. Pues mi más cordial bienvenida, amiga Isabel!!!, que bien ahora seremos más para esa revolución que diseñas, aunque no sé si me gusta lo de hacerlo con la grasa....

    José María

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  3. Bienvenida a la blogosfera, Isabel. Ya me iré poniendo al día en cuanto tenga un ratito, de momento te recomiendo cambiar el color de la letra. Es difícil de leer tan oscura sobre fondo negro.

    Un saludo.

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  4. Pues a mí me gusta. Peor sería blanco sobre negro. Este color me parece de lo más acertado. Por otra parte y centrándome en el post... creo que empezar por uno mismo es una excelente idea. Y, ¡por favor! la Thermomix de mis entrepaños ¡no!, creo que mejor esa cosa que llaman "microondas" y que sirve para menos. Una idea malévola... y el cacharro este... ¿se salva?, ¿existe un indulto especial para él? como los romanos indultaron a Barrabás... necesario que era pese a todo. Bienvenida, compañera de letras.

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