sábado, 8 de mayo de 2010

MIGRACIÓN

En esta vida nueva carezco de anclajes, soy diván y humo. Tengo en los bolsillos pesados un cheque sin fondos para extraviarme. Cosidos al forro de mis talones, todos los kilómetros pendientes.

En esta nueva vida, como lo justo para sostener el cuerpo que presento y los colores son intensos, brillantes, indefensos. Trasiego vino en copas transparentes pese a que otra vez olvidé echar abrillantador al lavavajillas.

En esta vida ejerzo de agitadora de aceras, de desnivel propenso al estropicio, de paquidermo sitiado en la sección de loza, de gato fascinado por la luna. Y sí, podría ser que este cerebro trastornado que padezco pierda tiempo hilando redes con agujeros demasiado grandes.

Y sí, podría llevar tu escudo de armas con un poco de suerte. Y defendería tu honradez ante un público ciego en una liza amañada.

Y si podría pasar que esta vida se me desvanezca entre los dedos y todo lo que he conocido hasta ahora se me revele atrezzo, espumillón, montaje, pero mientras...

Coso un ramo de olas a esta vida, ejerzo de timón para algún marinero, hago soplar el viento si me hastía la calma y me dejo abrazar plena por la marejada. Puede que ocurras entre mis dedos algún día...mientras tanto me asomo a los túneles ciegos, a los huecos que abriste y para divertirme, asusto a los fantasmas.

2 comentarios:

  1. Te juro que he visualizado perfectamente al paquidermo atrapado el las lozas de mi cocina, y luego me he dao cuen de que llevo semanas con el lavavajillas sediento de sal, increíble pero verídico.

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  2. Supongo que es lo que tiene tener la cabeza en siete sitios, raquel. La mía siempre está donde menos la necesito. Besos enormes.

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